ÁNGELES BUENOS Y MALOS SIEMPRE ESTÁN PRESENTES

"Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes" (Efe. 6:12).

Los ángeles del cielo se comunican con la familia humana y ninguno de nosotros puede hacer algo para sostenerse o guardarse. Estamos donde estamos, protegidos a cada instante por el poder de Dios. Pienso que no le hemos dado al ministerio de los ángeles la importancia que debemos... ¿Qué haríamos sin ellos? Piensen en cuál sería nuestra posición si no contáramos con el ministerio de los santos ángeles...
Hacemos frente a la oposición de hombres; pero hay alguien que está detrás de esa oposición: es el príncipe de las potestades de las tinieblas con sus malos ángeles, que están constantemente en acción; y necesitamos tener en cuenta —todos nosotros— que nuestra guerra es "contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo". ¿Quién es el que está rigiendo el mundo hoy día, y quiénes son los que han elegido estar bajo el estandarte del príncipe de las tinieblas? Es casi todo el mundo. Todos los que no han aceptado a Jesucristo, han elegido como su caudillo al príncipe de las tinieblas, y tan pronto como estén bajo su estandarte, estarán en relación con ángeles malos.
Los ángeles malvados o los ángeles de Dios, controlan las mentes de los hombres. Se ha hecho provisión en el plan de Dios para que no quedemos librados a nuestros propios impulsos y guiados por nuestras limitadas capacidades, para llevar adelante la lucha contra los poderes de las tinieblas con nuestras propias fuerzas. De ser librados a nuestras propias fuerzas, ciertamente fracasaremos...
En los Salmos, David se refiere a Dios como un refugio y una torre fuerte, un refugio y una fortaleza, Uno al que podemos acudir y en quien podemos ser salvos. Cuán precioso es el pensamiento de que Dios es nuestro refugio y nuestro ayudador en todo tiempo y en todo lugar y que en cada emergencia Dios puede estar con nosotros. Él dice que a sus ángeles enviará para que nos guarden en todos nuestros caminos... En nuestro Dios tenemos un ayudador en quien podemos confiar. Constantemente debemos mirar en esa dirección, creyendo que los ángeles de Dios están en derredor nuestro y que el cielo está en comunicación con nosotros, porque estos mensajeros celestiales ascienden y descienden por la escalera de brillo esplendente...
¿Qué ocurre con nosotros? ¿Nos hemos vestido con toda la armadura de tal modo que podamos trabajar en armonía con los ángeles de Dios? Si nos separamos de estos ángeles andando en nuestros propios caminos, entonces nos pondremos donde el maligno pueda tentarnos (Manuscrito 1, 1890).

E. G. W.

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