SE FIEL HASTA LA MUERTE

"Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro. Escudo y adarga es su verdad" (Sal. 91: 4).

El cuerpo de [Juan] Huss fue consumido. El Concilio hizo todo lo que pudo con este hombre, cuyo único crimen fue no haber aceptado la infalibilidad del Concilio de Constanza, ni permitir que su voz se elevara por encima de la voz de Dios registrada en su Palabra. Pero Dios "busca de nuevo en lo pasado", revisando todos los procedimientos, hayan sido éstos de juicio o de misericordia... La biografía de los justos se encuentra entre los mejores tesoros que la iglesia puede poseer. Contamos con el beneficio de tener el registro de los eventos del poder del mal en contraste con las obras de aquellos que a lo largo de muchos siglos han vivido por cada palabra que sale de la boca del Señor.
Esta rica experiencia nos ha sido conferida como un legado de gran valor. Cuando la historia se repita, cuando los grandes hombres y mujeres de la tierra ya no acudan a la Biblia buscando luz y evidencias de la verdad, cuando los mandamientos elaborados por los seres humanos sean exaltados por encima de los mandamientos de Dios y cuando se considere como un crimen obedecer a Dios antes que a las leyes civiles, entonces tendremos que recorrer una senda en la que únicamente contaremos con unos pocos ejemplos de quienes nos han precedido.
El Señor apoyó a sus siervos fieles hasta el fin. Esto debiera ser un estímulo para nosotros. Debiera transmitir a los justos de todas las edades la confianza de que el Señor es inmutable. Él manifestará por su pueblo en esta época su gracia y su poder como lo hizo en las edades pasadas. Las declaraciones de la Palabra de Dios y la exactitud con que se han cumplido en la historia se combinan para brindarnos una convicción y una instrucción que es de gran valor...
En la experiencia de Huss hubo un testimonio, se levantó un monumento que llamó la atención del mundo a la promesa: "Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida". Juan Huss vive en el registro de la historia de las naciones. Sus obras de bien y su fe inconmovible, su vida pura y su inalterable seguimiento de la verdad que le fuera revelada; nada de esto cedería, ni siquiera para salvarse de una muerte cruel. Esa muerte triunfante fue testificada por todo el cielo, por todo el universo. Satanás golpeó el talón de la simiente de la mujer, pero en la ejecución de Huss la cabeza del enemigo fue golpeada...
Las murallas celestiales se encuentran repletas de una multitud de ángeles que observan el conflicto de los seres humanos con el príncipe de las tinieblas... Con intenso interés miran para ver si el hijo de Dios, atormentado, perplejo, perseguido, denunciado, difamado y condenado como fue el Maestro, levanta su vista al cielo en busca de fortaleza. El cielo siempre espera que reclamemos su auxilio (Manuscrito 38, 1887).

E. G. W.

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