¿Palabras frívolas?


Pero yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. S. Mateo 12:36.

¿Cómo hablan los que quieren ser cada día más semejantes a Jesús? ¿Qué tipo de palabras sale de sus bocas? ¿Sobre qué conversan cuando están juntos?

El versículo de esta mañana está dentro de un contexto interesante. En los versículos anteriores Jesús explica que el corazón es como un cofre donde se esconden cosas buenas o malas, y que la palabra es el medio por el cual se saca lo que se guarda en el corazón. "De la abundancia del corazón habla la boca", deduce el Maestro (vers. 34). Y termina diciendo que en el día del juicio, los hombres darán cuenta de toda palabra frívola que hayan hablado.

Las personas pueden encarar este texto de tres maneras diferentes. La primera es llenarse de temor por las consecuencias en el día del juicio y tratar, a partir de hoy, de no hablar palabras frívolas.

La segunda es razonar de la siguiente manera: "Ya que los que tienen un corazón bueno hablan cosas buenas, entonces a partir de este momento hablaré solamente cosas constructivas".

La tercera es ir a Jesús y decirle: "Señor, que hable frivolidades es una evidencia de que mi corazón es malo y está lleno de pensamientos inmundos. Por favor, vive en mí y purifica mis sentimientos y pensamientos, santifica diariamente mi corazón por medio de la presencia de tu Santo Espíritu".

Y si a partir de ese momento el hombre vive una vida de comunión con Cristo, los pensamientos de Cristo pasarán a ser sus pensamientos, y las palabras que salgan de su boca serán, de manera natural, palabras edificantes.

Constantemente hemos colocado ante nosotros los ideales de vida del cristiano. Sin embargo, pocas veces hemos tratado de mostrar el medio por el cual se vive ese ideal.

En la Biblia nunca encontramos el problema sin la salida, el ideal sin la manera de alcanzarlo.

En el versículo de hoy, Jesús quiere decirnos: "Déjame resolver el problema del corazón, sanar los pensamientos, y entonces tus palabras reflejarán la pureza de tus sentimientos santificados por mi presencia".

Dios quiere que sus hijos sean más semejantes a él, inclusive en el tipo de conversación que mantienen.

Pr. Alejandro Bullón

Comentarios

Entradas populares