¿Estamos listos para encontrarlo?


Vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe. S. Mateo 24:50.

¿La proximidad del regreso de Cristo debería ser un motivo para prepararnos? ¿Y si Cristo no volviera en breve, tendríamos motivos para estar listos?

El Padre no nos reveló ni el día ni la hora del regreso de Jesús porque quería que nuestra comunión con él fuese viva y llena de significado, independientemente de la hora de su retorno.

Cristo vendrá. Esta es una de las más hermosas promesas que encontramos en la Biblia. Las profecías relativas a la proximidad de este acontecimiento están todas cumplidas. La vuelta de Cristo es prácticamente un hecho. Lo queramos o no, lo aceptemos o no, estemos preparados o no, él vendrá; aparecerá en las nubes del cielo y todo ojo lo verá. "Porque igual que el relámpago sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del hombre" (S. Mateo 24:27).

El versículo de hoy describe la situación de muchas personas cuando Cristo regrese. Será un día inesperado. Como todos los días, las personas saldrán hacia su trabajo; las grandes fábricas continuarán su línea de producción; en los supermercados los hombres comprarán y venderán; los estudiantes en las escuelas abrirán sus cuadernos y libros como todos los días; los centros de recreación estarán llenos como siempre; miles de automóviles irán y vendrán por las grandes carreteras y avenidas de las ciudades. De repente, "como ladrón en medio de la noche", cuando nadie espera nada extraordinario, aparecerá en medio del cielo una nube blanca como la palma de una mano, que irá creciendo e iluminando al mundo: será Cristo en gloria y majestad, rodeado de millones y millones de ángeles, anunciando con trompetas que el día llegó. "Vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe", dice el texto de hoy.

Me pregunto: "¿Estoy listo para encontrarme con Jesús? ¿Vivo cada día una vida de permanente comunión con él? ¿0 estoy esperando alguna 'evidencia' de que Cristo ya está regresando para comenzar a prepararme?"

¿Cómo te sentirías si salieras de viaje y en tu ausencia tu familia viviera una vida sin principios, sin reglas, sin amor, pisoteando la honra de la familia y el significado de tu nombre, pero que al saber que tomaste el avión de regreso comenzara a prepararse?

Eso no es amor, es apenas el interés egoísta de no sufrir las consecuencias. ¿Podrían personas así vivir eternamente con Jesús?

Pr. Alejandro Bullón

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