PROTECCIÓN DIVINA



Porque intentaron el mal contra ti; fraguaron maquinaciones, mas no prevalecerán. Sal. 21:11.

Hay una relación estrecha entre los Salmos 20 y 21. En el primero, el pueblo de Dios clama por auxilio ante sus enemigos. En el siguiente, el pueblo canta y agradece a Dios por la victoria concedida.


Tú y yo, con certeza, ya suplicamos varias veces el auxilio divino. ¿A dónde podemos ir cuando sentimos que los recursos humanos fallan? ¿Qué podemos hacer cuando no tenemos más fuerzas para luchar y los problemas de la vida parecen devorarnos?

La gran pregunta que necesitamos responder hoy es: ¿Y después? Cuando el peligro pasó y el Señor nos concedió la victoria deseada, ¿cuánto tiempo dedicamos a agradecer a Dios?

En el Salmo 21, David agradece a Dios no solo por las victorias que ya fueron alcanzadas, sino también por las victorias que todavía no fueron concedidas. Esta es la lección de hoy. La gratitud por las bendiciones del pasado no es solo un acto de alabanza y reconocimiento, sino también un factor imprescindible de esperanza. Pequeños grandes hechos. Grandes pequeños hechos. Cosas simples como el hecho de haber nacido, de estar vivo, de tener una familia, de poder caminar.

La ingratitud es destructiva. Aniquila en ti la capacidad de ver el futuro, y te hace vivir en constante temor. Lo que el salmista afirma: "Porque intentaron el mal contra ti; fraguaron maquinaciones", es una descripción de hipócritas rodeando al Hijo de Dios. Urdir es tramar, maquinar; es hacer lo que la araña hace cuando prepara la tela para atrapar a su víctima. Hilo a hilo, disimulada y lentamente, va preparando la trampa mortal.

¿Hay alguien que está haciendo eso contigo en el trabajo, en la escuela, en el vecindario? No temas. Mira el pasado, recuerda cómo Dios te libró tantas veces. Recuerda cómo, cada día, sin darte cuenta, la mano poderosa de Dios te libra de tantos peligros. Sé agradecido a Dios y no temas.

Sal hoy con esperanza, y vuelve con la certeza de que estás protegido en las manos de Aquel que siempre te cuidó, y si "intentaron el mal contra ti; fraguaron maquinaciones, no prevalecerán".

Pr. Alejandro Bullón

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