Guarda lo recibido (video-Reflexión)



Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.* Apocalipsis 3:3.
“Acuérdate pues de lo que has recibido y has oído, y guárdalo, y arrepiéntete”. Los que han nacido de nuevo recuerden con cuánta alegría y felicidad recibieron la luz del cielo, y cuán ansiosos estaban de compartir con otros su felicidad...
“Aférrate”. Esto no significa decir, “aférrate a tus pecados”; sino, aférrate del bienestar, de la fe, de la esperanza que Dios te ha dado por su Palabra. Nunca te desanimes. Un hombre desanimado no puede hacer nada. Satanás está tratanto de desanimarte, diciéndote que no vale la pena servir a Dios, y que da lo mismo disfrutar de los placeres y goces de este mundo. Pero, “¿de qué aprovecha al hombre, si granjeare todo el mundo, y perdiere su alma?” Tú puedes gozar de los placeres mundanos a expensas del mundo futuro; pero, ¿estás dispuesto a pagar tal precio? Debemos “aferrarnos” y vivir a la altura de toda la luz que hemos recibido del cielo. ¿Por qué? Porque Dios desea que nos aferremos fuertemente de la verdad eterna, y actuemos como su mano ayudadora, para comunicar la luz a aquellos que no se han dado cuenta del amor que siente hacia ellos. Cuando os entregáis a Cristo, hacéis una promesa ante la presencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, las tres grandes Personalidades, dignatarios del cielo. “Aferraos” a esa promesa.—Manuscrito 92, 1901.*
Este texto viene del libro Hijos e Hijas de Dios, escrito por Elena G. de White. Para obtener más de sus libros, visiteEGWWritings.org.

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