¡VEJEZ FELIZ!

Corona de los viejos son los nietos, y la honra de los hijos, sus padres. Prov. 17:6.

E1 hombre de 60 años descubrió que tenía SIDA y casi enloqueció. Compró veneno para ratas, tomó una cantidad importante, y murió. Fue el fin de una historia triste, marcada por decisiones equivocadas.

Encontraron el cadáver cinco días después. Había una nota al lado, que decía: "Tuve muchas oportunidades de aceptar a Cristo y lo rechacé. Hoy descubrí que tengo una enfermedad fatal. Vaya morir. A pesar de eso, siento que Jesús me llama, pero, ¿para qué entregarle el corazón si mi vida ya no vale nada?"

Este hombre tenía un hermano gemelo. Ambos tuvieron los mismos padres, recibieron la misma educación, se educaron en las mismas escuelas, y fueron amados del mismo modo. A los catorce años, uno aceptó a Jesús, el otro no. El primero vivió siguiendo los consejos divinos. Constituyó una familia feliz, tuvo tres hijos que son hoy profesionales exitosos, y Dios le dio cinco nietos. A los 80 años, ve que sus nietos son su corona y sus hijos su gloria. La promesa divina es una realidad en su experiencia.

Sin embargo, el hermano gemelo tuvo una vida y un final diferente: tres matrimonios fracasados, no tuvo hijos, y se suicidó al descubrir que tenía SIDA como resultado de la vida promiscua que llevaba. Tuvo muchas oportunidades de decidir y decidió de manera equivocada.

Todos nos acercamos irremediablemente a la vejez. En la Biblia encontramos promesas maravillosas para aquellos que envejecen siguiendo las instrucciones divinas. Para éstos, cada etapa de la vida es especial y desde su sillón preferido pueden, un día, ver la familia que construyeron. La muerte no los asusta, porque tienen el corazón lleno de esperanza.

Hoy es un día propicio para evaluar el camino que tú recorres. ¿A dónde vas? ¿Quién orienta tus pasos? ¿Es tu vida el desarrollo instintivo del impulso y el fruto de tu esfuerzo, guiado por normas limitadas a este mundo, o es la obediencia a los principios de vida de un Dios que nunca falla? Responde te a ti mismo y recuerda: "Corona de los viejos son los nietos, y la honra de los hijos, sus padres".

Pr. Alejandro Bullón

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