¿QUE HACER CON LOS ENEMIGOS?


Cuando los caminos del hombre son agradables a Jehová, aun a sus enemigos hace estar en paz con él. Prov. 16:7.

Todos los días, no importa por dónde vayas, en cualquier esquina de la vida, aparece alguien tratando de derribarte. A veces sin motivo, por pura envidia, o simplemente por mala voluntad. Cuando el enemigo es visible, tú te cuidas, te defiendes y te proteges. Pero, ¿qué sucede cuando no sabes dónde está el enemigo? ¿Cómo reaccionas cuando el enemigo está disfrazado de amigo, o cuando se esconde en tu círculo íntimo?

El proverbio de hoy explica la manera como Dios puede transformar a los enemigos en amigos. Dios no usa un "pase mágico", como muchas veces nos gustaría que hiciera. Él no toca el corazón del enemigo y el problema queda resuelto. No. A nosotros, los seres humanos, nos gustan los "milagros" instantáneos. Seguimos la ley del menor esfuerzo, esperando que todo venga del cielo.

Pero las cosas con Dios no siempre son así. Él responde el clamor de sus hijos. Está listo a transformar a sus enemigos en amigos, pero usa un instrumento llamado "ser humano": te usa a ti.

El proverbio de hoy afirma que "cuando los caminos del hombre son agradables a Jehová, aun a sus enemigos hace estar en paz con él"; es decir, te reconcilia a ti con tus enemigos. ¿Te das cuenta que el instrumento que Dios usa aquí es el propio camino del hombre? Un camino "agradable al Señor" es un camino sin odio, ni rencor, ni amargura contenida. Todo eso es veneno que destruye el alma. Un corazón envenenado no está en condiciones de recibir al enemigo como amigo. El rencor genera rencor, el odio provoca odio, y la amargura alimenta a ambos.

Cuando tú vas a Jesús y convives con él, el carácter del Maestro se reproduce en ti y entonces eres capaz de pagar el mal con el bien, y puedes orar a Dios, diciendo: "Perdónalos, porque no saben lo que hacen". *

Cuando permites que el Señor habite en tu corazón, él usa tu camino, tu testimonio de amor y tu humildad, para tocar el corazón de tus enemigos de modo que sus ojos se abran para comprender que son enemigos sin tener motivos para serio. Es ahí donde sucede el milagro. Muchas veces vi gente dura, intransigente, pidiendo perdón y reconociendo su error.

Pr. Alejandro Bullón

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