LOS MÉTODOS DE PREPARACIÓN DE DIOS DIFIEREN DE LOS DE LOS HOMBRES

"Pero Moisés huyó de delante de Faraón, y habitó en la tierra de Madián" (Exo. 2:15).

Moisés dedicó cuarenta años de su vida a pastorear ovejas, para prepararse con el fin de conocerse a sí mismo y purificarse mediante la abnegación, para que el Señor pudiera cumplir su voluntad en él. Jesús no quiere que sus obreros sean meras máquinas, en lo que a intelectualidad o a sentimientos se refiere. Ambas cosas son necesarias para la obra, pero estos elementos del carácter humano deben purificarse de sus defectos, no meramente hablando de la voluntad de Dios, sino haciéndola. "El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá... la doctrina". El Señor estaba preparando a Moisés. Lo sometió a un largo proceso de entrenamiento mental, para que fuera el capitán de los ejércitos de Israel.

Los hombres señalados por Dios recibirán su inspiración, pero no los que tengan un alto concepto de su superioridad mental. Porque todo hombre a quien Dios use para hacer su voluntad, debe tener un humilde concepto de sí mismo, y debe buscar la luz con fervor perseverante. Dios no quiere que nadie se convierta en un novato, se sumerja en una humildad voluntaria y se incapacite cada vez más. El Señor invita a todos aquellos con quienes trabaja a que se esfuercen mentalmente al máximo, y que oren, esperen y crean al máximo también.

Muchos, como Moisés, han tenido que desaprender bastante para aprender precisamente las lecciones que necesitaban. Moisés tuvo que prepararse mediante la más severa disciplina mental y moral, y Dios trabajó con él antes que estuviera en condiciones de educar la mente y el corazón de los demás. Había recibido su instrucción en la corte egipcia. No se escatimó nada para prepararlo con el fin de que llegara a ser un general de los ejércitos de Egipto. Las falsas teorías de los idólatras egipcios habían penetrado en su mente, y no se podía desembarazar fácilmente de las influencias que lo rodeaban y de las cosas que veía.

Esta es la experiencia de muchos que han recibido una falsa preparación en cualquier sentido. Era necesario quitar de la mente de Moisés todo resabio idólatra de tradiciones paganas, poco a poco y punto por punto. En muchos aspectos fue Jetro quien, según su criterio, lo ayudó a orientarse en la fe correcta. [Moisés] se estaba orientando ahora hacia lo alto donde podía contemplar a Dios con sinceridad de corazón. Así Jehová Dios se reveló a Moisés. La amplia preparación intelectual que había recibido en Egipto, sus labores pastoriles en medio de las montañas, viviendo al aire libre; lo transformaron en un poderoso pensador y en un vigoroso hacedor de la Palabra de Dios (Manuscrito 45, 1890).

E. G. White

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