ESTAD QUIETOS
Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones [...] Nuestro refugio es el Dios de Jacob. Sal 46:10, 11 úp.
Este es un consejo difícil. ¿Quién es capaz de aquietarse cuando las cosas andan mal? Imagina un equipo de fútbol que está jugando por el título mundial. Faltan cinco minutos para el fin del partido y el equipo está perdiendo. ¿Tú piensas que la orden del entrenador será "calmaos"? ¿Cómo calmarse cuando se está desempleado, o cuando una creciente se acerca destruyendo todo lo que encuentra en su camino, o cuando tú acabas de descubrir que tu hijo tiene leucemia?
Evidentemente, el "aquietarse" que el salmista menciona no tiene nada que ver con cruzar los brazos y no hacer nada, dormir descansadamente mientras las cosas están cayéndose a tu alrededor.
El Salmo 46, de donde extraje el versículo de hoy, es un salmo de confianza. El salmista comienza diciendo: "Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones". Percibe este pensamiento, que aparece muchas veces a lo largo de la Biblia. Dios nunca prometió que tú estarías libre de momentos difíciles. Su promesa es que en medio de las tribulaciones, él será tu "refugio" y "socorro en las tribulaciones".
En este salmo se repite tres veces la idea de que "Dios está con nosotros". Por este motivo necesitamos tranquilizarnos. Mientras corremos de un lado a otro, tratando de resolver los problemas a nuestra manera, no nos queda tiempo para ver que "Dios está con nosotros". Que él es nuestro refugio, fortaleza y socorro.
El versículo de hoy es una invitación para separar tiempo para Dios, antes de salir corriendo por ahí. En esos momentos de meditación, a solas con el Creador, tú podrás conversar con él, leer sus promesas escritas en la Biblia, meditar en ellas y, entonces, te darás cuenta que no estás solo. "Dios está con nosotros" y, como dice Pablo: "Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?"*
"Estad quietos" ¿Para qué? Para conocer "que yo soy Dios". Y para "con-" templar las obras del Señor".**
Tú no necesitas desesperarte ante el drama que estás viviendo. Tranquilízate y conversa con Dios. Cuéntale todo lo que te está pasando. Dile que tú no tienes ni fuerzas ni recursos. Él está a tu lado listo para entregarte victorias, las victorias que él ya ganó para ti. "Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones [...] Nuestro refugio es el Dios de Jacob".
*Rom. 8:31. ** Sal. 46:8.
Pr. Alejandro Bullón
Este es un consejo difícil. ¿Quién es capaz de aquietarse cuando las cosas andan mal? Imagina un equipo de fútbol que está jugando por el título mundial. Faltan cinco minutos para el fin del partido y el equipo está perdiendo. ¿Tú piensas que la orden del entrenador será "calmaos"? ¿Cómo calmarse cuando se está desempleado, o cuando una creciente se acerca destruyendo todo lo que encuentra en su camino, o cuando tú acabas de descubrir que tu hijo tiene leucemia?
Evidentemente, el "aquietarse" que el salmista menciona no tiene nada que ver con cruzar los brazos y no hacer nada, dormir descansadamente mientras las cosas están cayéndose a tu alrededor.
El Salmo 46, de donde extraje el versículo de hoy, es un salmo de confianza. El salmista comienza diciendo: "Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones". Percibe este pensamiento, que aparece muchas veces a lo largo de la Biblia. Dios nunca prometió que tú estarías libre de momentos difíciles. Su promesa es que en medio de las tribulaciones, él será tu "refugio" y "socorro en las tribulaciones".
En este salmo se repite tres veces la idea de que "Dios está con nosotros". Por este motivo necesitamos tranquilizarnos. Mientras corremos de un lado a otro, tratando de resolver los problemas a nuestra manera, no nos queda tiempo para ver que "Dios está con nosotros". Que él es nuestro refugio, fortaleza y socorro.
El versículo de hoy es una invitación para separar tiempo para Dios, antes de salir corriendo por ahí. En esos momentos de meditación, a solas con el Creador, tú podrás conversar con él, leer sus promesas escritas en la Biblia, meditar en ellas y, entonces, te darás cuenta que no estás solo. "Dios está con nosotros" y, como dice Pablo: "Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?"*
"Estad quietos" ¿Para qué? Para conocer "que yo soy Dios". Y para "con-" templar las obras del Señor".**
Tú no necesitas desesperarte ante el drama que estás viviendo. Tranquilízate y conversa con Dios. Cuéntale todo lo que te está pasando. Dile que tú no tienes ni fuerzas ni recursos. Él está a tu lado listo para entregarte victorias, las victorias que él ya ganó para ti. "Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones [...] Nuestro refugio es el Dios de Jacob".
*Rom. 8:31. ** Sal. 46:8.
Pr. Alejandro Bullón
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