Antes, es preciso obedecer a Dios

Pero las parteras temieron a Dios, y no hicieron como les mandó el rey de Egipto, sino que preservaron la vida a los niños. Éxodo 1:17.

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En la vida de todo cristiano puede llegar el momento de adoptar decisiones éticas que pueden afectar a la salvación de la persona. Puede tratarse de situaciones tan delicadas como la que enfrentaban las parteras en Egipto, o puede ser algo tan simple como tener que decidir si actuar con honestidad o no. Lo interesante del caso es que toda situación ética es fácil mientras no se tenga que vivir día a día.

Alguien ha dicho: “Es más fácil morir por Cristo que vivir por él': Vivir la vida cristiana como el Señor espera no es fácil estando en el reino del enemigo.

Las parteras asumieron un riesgo enorme, porque podían ser delatadas y traicionadas. Pero, con todo, escogieron ser fieles a su conciencia y no cometer infanticidio. El acto de no matar a los niños hebreos era una intervención directa de Dios, porque al exterminar a los niños se acabaría la posibilidad de que el Mesías naciera y no habríamos sido salvos. Dios intervino para preservar su plan de la salvación.

De las parteras, que de una manera u otra tuvieron que ver con la preservación de la vida de Moisés, se puede decir con toda propiedad que escogieron sufrir con el pueblo de Dios. La fidelidad de ellas fue premiada posteriormente, porque la Biblia nos dice que “Dios hizo bien a las parteras” (Exo. 1:20).

Es importante vivir con el Señor hoy para poder hacer frente a las tentaciones del futuro, cuando nuestra fe será probada severamente. Hay hermanos que ya están pasando por esa prueba tanto colectiva como individualmente. Que nuestra oración sea a favor de los que sufren persecución por su fe. Uniones enteras de la iglesia están enfrentando situaciones difíciles a causa de la fe que profesan.

“Hemos de reconocer los gobiernos humanos como instituciones ordenadas por Dios mismo, y enseñar la obediencia a ellos como un deber sagrado, dentro de su legítima esfera. Pero cuando sus demandas estén en pugna con las de Dios, hemos de obedecer a Dios antes que a los hombres. La palabra de Dios debe ser reconocida sobre toda otra legislación humana... La corona de Cristo ha de ser elevada por sobre las diademas de los potentados terrenales” (FV243).

Éxodo 1:1-2:25; Juan 6:1-71

Pr. Israel Leito

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