EL CÍRCULO ÍNTIMO DE JESÚS
Porque Jehová abomina al perverso; mas su comunión íntima es con los justos. Prov. 3:32.
El versículo de hoy dice que Dios trata a los rectos con intimidad. Atina Onassis, la mujer más rica del mundo, se casó no hace mucho con Alvaro Alfonso de Miranda, un deportista ecuestre brasileño. La ceremonia y el banquete fueron íntimos, solo para los amigos más allegados. Había gente que hubiera pagado cualquier suma de dinero para conseguir una invitación, y poder decir después que pertenecía al círculo íntimo de la famosa pareja. ¿Quién no se sentiría halagado sabiendo que pertenece al círculo íntimo de una celebridad?
Dios también tiene su círculo íntimo formado por sus favoritos, y esto no es injusticia. Injusto sería si él escogiese quiénes serán sus favoritos. Pero Dios no los escoge. Son las personas las que escogen vivir una vida de sabiduría y rectitud, y como resultado de esta decisión ingresan al círculo íntimo del Señor.
En el versículo de hoy, el Rey del universo, el Creador de los cielos y de la tierra, invita a todos los seres humanos a formar parte de ese círculo. La rectitud es “la invitación” que todos deben presentar para poder ingresar. Rectitud, no como fruto del esfuerzo humano o de la disciplina interior, sino como resultado de escoger voluntariamente formar parte de aquellos que buscan a Jesús.
En la Bíblia nunca se presenta la rectitud, la buena conducta o la santidad, como el resultado de la autodisciplina. Los frutos humanos son de plástico, artificiales. Son imitaciones baratas, remedos grotescos que satisfacen solamente el ego desequilibrado de la criatura.
En la Biblia , la santidad es el resultado del compañerismo diario con Jesús. Jesús es quien perdona, transforma y conduce al pecador, sacándolo del polvo y llevándolo finalmente a reflejar su carácter.
En aquel día, cuando los ángeles, en la puerta del salón de fiestas del reino de los cielos, vean aproximarse a alguien del círculo íntimo de Dios, no necesitarán siquiera pedirle la invitación. El rostro les será familiar, la persona conocida, porque todos los días separaba tiempo para orar y meditar en la Palabra de Dios.
En contrapartida, el Señor “abomina al perverso”, dice el versículo de hoy y perverso es el hombre que siempre anduvo en sus propios caminos, sin tener consideración de los consejos divinos.
Hoy puede ser un día de intimidad con Jesús. Anda con él por los caminos que la vida te presenta hoy y recuerda: “Porque Jehová abomina al perverso; mas su comunión íntima es con los justos”.
Pr, Alejandro Bullón
El versículo de hoy dice que Dios trata a los rectos con intimidad. Atina Onassis, la mujer más rica del mundo, se casó no hace mucho con Alvaro Alfonso de Miranda, un deportista ecuestre brasileño. La ceremonia y el banquete fueron íntimos, solo para los amigos más allegados. Había gente que hubiera pagado cualquier suma de dinero para conseguir una invitación, y poder decir después que pertenecía al círculo íntimo de la famosa pareja. ¿Quién no se sentiría halagado sabiendo que pertenece al círculo íntimo de una celebridad?
Dios también tiene su círculo íntimo formado por sus favoritos, y esto no es injusticia. Injusto sería si él escogiese quiénes serán sus favoritos. Pero Dios no los escoge. Son las personas las que escogen vivir una vida de sabiduría y rectitud, y como resultado de esta decisión ingresan al círculo íntimo del Señor.
En el versículo de hoy, el Rey del universo, el Creador de los cielos y de la tierra, invita a todos los seres humanos a formar parte de ese círculo. La rectitud es “la invitación” que todos deben presentar para poder ingresar. Rectitud, no como fruto del esfuerzo humano o de la disciplina interior, sino como resultado de escoger voluntariamente formar parte de aquellos que buscan a Jesús.
En la Bíblia nunca se presenta la rectitud, la buena conducta o la santidad, como el resultado de la autodisciplina. Los frutos humanos son de plástico, artificiales. Son imitaciones baratas, remedos grotescos que satisfacen solamente el ego desequilibrado de la criatura.
En la Biblia , la santidad es el resultado del compañerismo diario con Jesús. Jesús es quien perdona, transforma y conduce al pecador, sacándolo del polvo y llevándolo finalmente a reflejar su carácter.
En aquel día, cuando los ángeles, en la puerta del salón de fiestas del reino de los cielos, vean aproximarse a alguien del círculo íntimo de Dios, no necesitarán siquiera pedirle la invitación. El rostro les será familiar, la persona conocida, porque todos los días separaba tiempo para orar y meditar en la Palabra de Dios.
En contrapartida, el Señor “abomina al perverso”, dice el versículo de hoy y perverso es el hombre que siempre anduvo en sus propios caminos, sin tener consideración de los consejos divinos.
Hoy puede ser un día de intimidad con Jesús. Anda con él por los caminos que la vida te presenta hoy y recuerda: “Porque Jehová abomina al perverso; mas su comunión íntima es con los justos”.
Pr, Alejandro Bullón
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