"HASTA AQUÍ NOS HA AYUDADO JEHOVÁ"

Alabad a Jehová, invocad su nombre; dad a conocer sus obras en los pueblos. Cantadle, cantadle salmos; hablad de todas sus maravillas. (Sal. 105: 1, 2).

El trato de Dios con su pueblo debe mencionarse con frecuencia. ¡Cuán a menudo levantó el Señor, en su trato con el antiguo Israel, los hijos del camino! A fin de que no olvidasen la historia pasada, ordenó a Moisés que inmortalizase esos acontecimientos en cantos, a fin de que los padres pudiesen enseñárselos a sus hijos. Habían de levantar monumentos recordativos bien a la vista. Debían esmerarse para conservarlos, a fin de que cuando los niños preguntasen acerca de esas cosas, les pudiesen repetir toda la historia. Así eran recordados el trato providencial y la señalada bondad y misericordia de Dios en su cuidado y liberación de su pueblo. Se nos exhorta a traer "a la memoria los días pasados, en los cuales, después de haber sido iluminados, sufristeis gran combate de aflicciones" (Heb. 10: 32). El Señor ha obrado como un Dios realizador de prodigios en favor de su pueblo en esta generación. . . Necesitamos relatar a menudo la bondad de Dios y alabarle por sus obras admirables" (Joyas de los Testimonios, tomo 3, págs. 30, 31).

No perdáis pues vuestra confianza, sino tened firme seguridad, más firme que nunca antes. "¡Hasta aquí nos ha ayudado Jehová! " (1 Sam. 7: 12) y nos ayudará hasta el fin. Miremos los monumentos conmemorativos de lo que Dios ha hecho para confortarnos y salvarnos de la mano del destructor. Tengamos siempre presentes todas las tiernas misericordias que Dios nos ha mostrado: las lágrimas que ha enjugado, las penas que ha quitado, las ansiedades que ha alejado, los temores que ha disipado, las necesidades que ha suplido, las bendiciones que ha derramado, fortificándonos así a nosotros mismos, para todo lo que está delante de nosotros en el resto de nuestra peregrinación.

No podemos menos que prever nuevas perplejidades en el conflicto venidero, pero podemos mirar hacia lo pasado tanto como hacia lo futuro, y decir: "¡ Hasta aquí nos ha ayudado Jehová!" "Según tus días serán tus fuerzas". La prueba no excederá a la fuerza que se nos dé para soportarla. Así que sigamos con nuestro trabajo dondequiera lo hallemos, sabiendo que para cualquier cosa que venga, él nos dará fuerza proporcionada a la prueba (El Camino a Cristo, pág. 127).

E. G. White

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