Sigamos los pasos de Cristo
Estudie la Biblia gratis.
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. Efesios 2:10.
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. Efesios 2:10.
El Señor no acepta el servicio de los que viven una vida ineficaz, que no hacen nada. Ejercen una influencia que aleja de Cristo. La abnegación y la nobleza de propósito caracterizaron la vida del Maestro. Desde el comienzo hasta el fin de su ministerio terrenal anduvo haciendo el bien. En su vida no se manifestó el pecado. El egoísmo no mancilló palabra o acto suyo.
"¿Quién de vosotros me redarguye de pecado?" (Juan 8: 46) preguntó a los fariseos, sabiendo que no encontrarían nada de que acusarlo. Y durante su juicio, Pilato declaró enfáticamente: "Yo no hallo en él ningún delito" (Juan 18: 38).
Cristo afirma que así como él vivió, nosotros tenemos que vivir también. "Si alguno quiere venir en pos de mí -dijo-: niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame" (Mar. 8: 34). Sus huellas conducen a la senda del sacrificio.
En el transcurso de nuestra vida se nos presentan muchas oportunidades de servir. Alrededor de nosotros hay puertas abiertas que conducen al servicio. Mediante el uso correcto del talento del habla podemos hacer mucho para el Maestro. Las palabras ejercen una influencia benéfica cuando están contrapesadas por la ternura y la simpatía de Cristo. El dinero, la influencia, el tacto, el tiempo y la energía, son talentos que se nos han confiado a fin de que seamos más útiles para los que nos rodean, y para que honremos más a nuestro Creador.
Muchos creen que sería un privilegio visitar los lugares donde Cristo vivió en la tierra, caminar por donde él anduvo, contemplar el lago desde donde le gustaba enseñar, y los valles y colinas que tan frecuentemente contempló; pero no necesitamos ir a Palestina para seguir las huellas de Jesús. Las vamos a encontrar junto al lecho del enfermo, en los tugurios de los pobres, en las atestadas callejuelas de la gran ciudad, y en todo lugar donde haya corazones humanos que necesitan consuelo.
Todos pueden encontrar algo que hacer. "Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros" (Juan 12: 8), dice Jesús, y nadie necesita creer que no hay lugar donde no se pueda trabajar para él. . . La regla de vida de Cristo, que ha de servir de norma en el juicio para todos es: "Todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos" (Mat. 7: 12).
(Review and Herald, 29 de febrero de 1912).
Comentarios