LOS HÉROES DE DIOS

Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. (1 Rey. 18: 21).

En medio de la apostasía general, Elías no trató de ocultar el hecho de que servía al Dios del cielo. Los profetas de Baal eran cuatrocientos cincuenta, sus sacerdotes cuatrocientos, y sus adoradores se contaban por miles; a pesar de ello Elías no aparentó estar del lado popular. Abiertamente, permaneció solo. . .

Con claros acentos como de trompeta, Elías se dirigió a la multitud: "Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos?" . . . Donde se encuentran los Elías de hoy? (Testimonies, tomo 5, págs. 526, 527).

Dios quería que su honor fuese exaltado como supremo ante los hombres, y que sus consejos fuesen confirmados a la vista del pueblo. El testimonio del profeta Elías sobre el monte Carmelo constituye un ejemplo de alguien que se puso completamente de parte de Dios y de su obra en la tierra. . . "Sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel", ora, "y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas. Respóndeme, Jehová", ruega, "respóndeme".
Su celo por la gloria de Dios y su profundo amor por la casa de Israel presentan lecciones para la instrucción de todos los que permanecen hoy como representantes de la obra de Dios en la tierra (SDA Bible Commentary, tomo 2, pág. 1034).

Nada se gana con la cobardía o el temor de que se sepa que somos un pueblo que guarda los mandamientos de Dios. El ocultar nuestra luz, como si nos avergonzáramos de nuestra fe, redundará solo en desastre. Dios nos dejará en nuestra propia debilidad. No permita el Señor que rehusemos hacer brillar nuestra luz en cualquier lugar al cual nos llame. Si nos aventuramos a avanzar por nosotros mismos, siguiendo nuestras propias ideas, nuestros propios planes, dejando a Jesús detrás, no podemos esperar obtener fortaleza, valor o fuerza espiritual. Dios ha tenido héroes morales, y los tiene ahora: los que no se avergüenzan de ser su pueblo peculiar. Sus planes y su voluntad están subordinados a la ley de Dios. El amor de Jesús los ha conducido a encararse con sus propias vidas. Su trabajo ha consistido en tomar la luz de la Palabra de Dios y dejarla brillar con rayos claros y firmes sobre el mundo (Testimonies, tomo 5, págs. 527, 528).

E. G. White

Comentarios

Entradas populares