DIOS LO HARÁ

Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él y él hará. Sal. 37:5.

EL reloj digital del aeropuerto de Siberia indicaba 29 grados bajo cero. Hacía un frío de novela. Sin embargo, lo que me hacía temblar no era la madrugada helada de aquella ciudad rusa, sino la posibilidad de perder el vuelo. ¿Perdiste alguna vez un avión por cuestión de minutos? Es muy desagradable, y todavía más, en mi caso. Estaba con un estado febril, y los síntomas de la gripe evidenciaban un cuerpo cansado, después de una semana de intenso trabajo. Lo que más quería en aquel momento era volver a casa, pero todo salía mal. La posibilidad de perder el avión era cada vez más real. Eso me ponía nervioso y me hacía sentir más enfermo.

De repente, vino a mi mente el salmo de hoy: “Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará”. Como bálsamo que trae alivio, las palabras del salmista trajeron a mi corazón ansioso la paz que necesitaba. Me di cuenta que me estaba ahogando en un vaso de agua. ¿Aquello era problema? Permanecer, en la peor de las hipótesis, 24 horas más en una ciudad que, aunque castigada por el clima, es el hogar de millones de seres humanos maravillosos, ¿era motivo para sentirme deprimido? Pero la vida es así. Perdemos la paciencia con facilidad. Complicamos las cosas. Sobrestimamos las dificultades. Nos destruimos innecesariamente.

Piensa en las luchas que tú tienes que enfrentar hoy. Pero no pienses tú solo. Trata de confiar en Dios. Después, piensa con calma. No dejes que tus sentimientos negativos te ofusquen el razonamiento. Luego, responde. Esa dificultad que estás enfrentando, ¿es motivo para sentirse tan mal, al punto de lastimar a las personas que te rodean? ¿Por qué no levantas los ojos y entregas tu camino al Señor?

El salmo dice: “El hará”. Eso no significa necesariamente que tú quedarás de brazos cruzados. Dios lo hará poniendo paz en tu corazón y dándote la capacidad de ver el problema desde otro ángulo. Entonces, tal vez percibas que el problema no es tan grande como parecía. ¿Y si fuere? Bueno, Dios es Dios. Es soberano y eterno. Es todopoderoso. No conoce imposibles. Si fue capaz de abrir paso a través del Mar Rojo, ¿no podría también abrir el mar de dificultades que está delante tuyo? Por tanto, “Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará”.

Pr. Alejandro Bullón

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