PRIORIDADES
Mejor es lo poco con el temor de Jehová, que el gran tesoro donde hay turbación. Prov. 15:16.
Que las cosas espirituales son más importantes que las materiales, todo cristiano lo sabe. Por lo menos en teoría. Es lo que se aprende desde niño. "Es necesario poner a Dios en primer lugar".* Fácil de ser dicho. El problema es llevar esa teoría bonita al terreno de la experiencia diaria. En el mundo materialista en que vivimos, se nos hace difícil pensar en Dios, cuando los niños tienen hambre y sienten frío y no hay nada para satisfacer las necesidades básicas.
El mensaje de hoy no es una apología de la pobreza. Hay personas que ven al cristianismo como sinónimo de pobreza. El pensamiento bíblico es lo contrario de esa idea. En la Biblia encontramos a los seguidores de Jesús como personas bendecidas en cuya vida hay abundancia. Salomón afirma en el texto de hoy que es mejor ser pobre y estar en paz con Dios y con los hombres, que ser rico y desdichado.
Hay personas obcecadas por el dinero. No miden las consecuencias, dejan los escrúpulos de lado y usan cualquier método para conseguir riquezas. Dios, la familia y los valores pasan a un segundo plano. Los años pasan, la vejez llega y un día descubren que se olvidaron de vivir. Es irónico, trabajaron tanto, lucharon y se esforzaron tanto para "vivir mejor", y no vivieron, apenas existieron.
Las personas sabias colocan las primeras cosas en el primer lugar. Cualquier problema llega a ser administrable cuando tú haces eso. La Biblia es clara al afirmar: "En el principio... Dios" (Gen. 1:1). En el principio de todo. En el principio de los negocios, de la vida familiar, empresarial, profesional. Cuando tú construyes tu vida y tus sueños sobre un fundamento firme, con certeza la casa no se caerá, sino que permanecerá.
Haz de este día, un día para revisar tus prioridades. ¿Qué es lo más importante para ti? ¿Cuál es el lugar que Dios y tu familia están recibiendo? Eso determinará la exuberancia de tu satisfacción, porque para ser feliz no basta realizar mucho, sino sentirse realizado con el fruto del trabajo.
Que Dios te dé un día lleno de victorias. Y no te olvides que "mejor es lo poco con el temor de Jehová, que el gran tesoro donde hay turbación".
' Cf. Mat. 6:33.
Que las cosas espirituales son más importantes que las materiales, todo cristiano lo sabe. Por lo menos en teoría. Es lo que se aprende desde niño. "Es necesario poner a Dios en primer lugar".* Fácil de ser dicho. El problema es llevar esa teoría bonita al terreno de la experiencia diaria. En el mundo materialista en que vivimos, se nos hace difícil pensar en Dios, cuando los niños tienen hambre y sienten frío y no hay nada para satisfacer las necesidades básicas.
El mensaje de hoy no es una apología de la pobreza. Hay personas que ven al cristianismo como sinónimo de pobreza. El pensamiento bíblico es lo contrario de esa idea. En la Biblia encontramos a los seguidores de Jesús como personas bendecidas en cuya vida hay abundancia. Salomón afirma en el texto de hoy que es mejor ser pobre y estar en paz con Dios y con los hombres, que ser rico y desdichado.
Hay personas obcecadas por el dinero. No miden las consecuencias, dejan los escrúpulos de lado y usan cualquier método para conseguir riquezas. Dios, la familia y los valores pasan a un segundo plano. Los años pasan, la vejez llega y un día descubren que se olvidaron de vivir. Es irónico, trabajaron tanto, lucharon y se esforzaron tanto para "vivir mejor", y no vivieron, apenas existieron.
Las personas sabias colocan las primeras cosas en el primer lugar. Cualquier problema llega a ser administrable cuando tú haces eso. La Biblia es clara al afirmar: "En el principio... Dios" (Gen. 1:1). En el principio de todo. En el principio de los negocios, de la vida familiar, empresarial, profesional. Cuando tú construyes tu vida y tus sueños sobre un fundamento firme, con certeza la casa no se caerá, sino que permanecerá.
Haz de este día, un día para revisar tus prioridades. ¿Qué es lo más importante para ti? ¿Cuál es el lugar que Dios y tu familia están recibiendo? Eso determinará la exuberancia de tu satisfacción, porque para ser feliz no basta realizar mucho, sino sentirse realizado con el fruto del trabajo.
Que Dios te dé un día lleno de victorias. Y no te olvides que "mejor es lo poco con el temor de Jehová, que el gran tesoro donde hay turbación".
' Cf. Mat. 6:33.
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