EL TOQUE DE LA FE ES SANADOR
"Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado" (Mat. 9: 22).
El Señor es el restaurador, Satanás es el destructor. Nuestro Señor no ha trabajado como médico así como desearía hacerlo, pues dice: No habéis venido a mí para que os dé vida. Buscamos toda clase de fuente de alivio para la aflicción, excepto a Aquel que demostró sobre el sepulcro abierto de José [de Arimatea]: "Yo soy la resurrección y la vida". Cristo vino a nuestro mundo para buscar y salvar lo que se había perdido. Su obra inigualable es la de Uno que sana toda clase de enfermedades... Si los afligidos tan sólo acudieran con fe al divino Salvador, verían la salvación de Dios...
Cristo encontró a una pobre alma que había pasado toda su vida buscando ser sanada de una enfermedad física. El pasaje indica que había gastado todos sus recursos en muchos médicos y no había logrado mejorar; todo lo contrario, había empeorado. Pero un solo toque de Cristo, hecho con fe, transformó esa debilidad cargada por largos años. Esta mujer enferma vino detrás de Cristo y tocó su manto, depositando su fe en la Persona que lo vestía e instantáneamente sanó. "¿Quién es el que me ha tocado?" Asombrado, Pedro respondió: "Maestro, la compañía te aprieta y oprime, y dices: ¿Quién es el que me ha tocado?"
Cristo quería dar una lección a quienes lo rodeaban, que fuera inolvidable. Quería mostrar la diferencia entre el toque de la fe y el contacto accidental. Jesús dijo: "Me ha tocado alguien; porque yo he conocido que ha salido virtud de mí". Viendo que no podía ocultarse, la mujer se adelantó temblando, y se postró a sus pies y le narró su historia de aflicción. Con palabras de consuelo, el Señor le dijo: "Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote".
¿Por qué no acudir a Jesús con fe? Muchos se acercan a él con un toque casual; sólo establecen contacto físico con su persona. La mujer hizo mucho más que esto. Esta mujer extendió su mano con fe hacia él y fue sanada en forma instantánea... Los amigos de la verdad lo enaltecerán por ser el Autor y Consumador de la fe. Cristo demostrará que es un médico capaz de restablecer el cuerpo tanto como el alma. Los que trabajan con Dios uncirán el yugo con Cristo y se colocarán en cuerpo, alma y espíritu en una relación apropiada con Dios...
La voluntad de los hombres, de las mujeres y de los niños ha de ser entrenada para cooperar con Dios... La melodía del gozo espiritual, de la salud física, será revelada y promoverá esa bendición que el Señor Jesús vino a impartir a nuestro mundo a todo aquel que cree (Carta 106, 1898).
El Señor es el restaurador, Satanás es el destructor. Nuestro Señor no ha trabajado como médico así como desearía hacerlo, pues dice: No habéis venido a mí para que os dé vida. Buscamos toda clase de fuente de alivio para la aflicción, excepto a Aquel que demostró sobre el sepulcro abierto de José [de Arimatea]: "Yo soy la resurrección y la vida". Cristo vino a nuestro mundo para buscar y salvar lo que se había perdido. Su obra inigualable es la de Uno que sana toda clase de enfermedades... Si los afligidos tan sólo acudieran con fe al divino Salvador, verían la salvación de Dios...
Cristo encontró a una pobre alma que había pasado toda su vida buscando ser sanada de una enfermedad física. El pasaje indica que había gastado todos sus recursos en muchos médicos y no había logrado mejorar; todo lo contrario, había empeorado. Pero un solo toque de Cristo, hecho con fe, transformó esa debilidad cargada por largos años. Esta mujer enferma vino detrás de Cristo y tocó su manto, depositando su fe en la Persona que lo vestía e instantáneamente sanó. "¿Quién es el que me ha tocado?" Asombrado, Pedro respondió: "Maestro, la compañía te aprieta y oprime, y dices: ¿Quién es el que me ha tocado?"
Cristo quería dar una lección a quienes lo rodeaban, que fuera inolvidable. Quería mostrar la diferencia entre el toque de la fe y el contacto accidental. Jesús dijo: "Me ha tocado alguien; porque yo he conocido que ha salido virtud de mí". Viendo que no podía ocultarse, la mujer se adelantó temblando, y se postró a sus pies y le narró su historia de aflicción. Con palabras de consuelo, el Señor le dijo: "Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote".
¿Por qué no acudir a Jesús con fe? Muchos se acercan a él con un toque casual; sólo establecen contacto físico con su persona. La mujer hizo mucho más que esto. Esta mujer extendió su mano con fe hacia él y fue sanada en forma instantánea... Los amigos de la verdad lo enaltecerán por ser el Autor y Consumador de la fe. Cristo demostrará que es un médico capaz de restablecer el cuerpo tanto como el alma. Los que trabajan con Dios uncirán el yugo con Cristo y se colocarán en cuerpo, alma y espíritu en una relación apropiada con Dios...
La voluntad de los hombres, de las mujeres y de los niños ha de ser entrenada para cooperar con Dios... La melodía del gozo espiritual, de la salud física, será revelada y promoverá esa bendición que el Señor Jesús vino a impartir a nuestro mundo a todo aquel que cree (Carta 106, 1898).
Comentarios
Estoy años con una enfermedad que me quita calidad de vida y a los mios también... Ayuda, por favor!