ELECCIONES
En la prosperidad reposará su alma, y su descendencia heredará la tierra. Sal. 25:13.
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La traducción del versículo de hoy fue tomada de la versión portuguesa de la Biblia. La palabra "prosperidad", que el salmista usa aquí para referirse a las bendiciones de Dios, en hebreo es tsalej, palabra que se puede encontrar 65 veces en el Antiguo Testamento.
La primera vez que aparece en la Biblia es cuando el siervo de Abraham cumple la misión de buscar una esposa para Isaac y alcanza su objetivo. Él fue próspero, afirma el relato bíblico.*
En la Biblia, la palabra tsalej expresa la idea de un emprendimiento exitoso porque Dios está presente. Al narrar la historia del reinado victorioso y próspero del rey Uzías, el relato bíblico afirma: "En los días en que buscó al Señor, Dios lo hizo prosperar".**
En el salmo de hoy, Dios promete prosperidad y reposo a las personas cansadas, estresadas, afligidas, que corren de aquí para allá y no encuentran lo que buscan. Personas que trabajan de sol a sol, que puede ser que ganen bien, pero que lo que consiguen no les alcanza para nada y desaparece de las manos como la arena entre los dedos.
Prosperidad, en el sentido bíblico, no tiene que ver solamente con la acumulación de dinero, propiedades y bienes materiales. Tiene que ver con satisfacción, realización y paz. Tiene que ver con la alegría del deber cumplido, aunque el viaje no haya todavía llegado a su fin.
La segunda parte del texto dice: "Y su descendencia heredará la tierra". ¿De qué tierra está hablando el salmista? De un espacio mejor, por el cual tú luchas, te esfuerzas y te sacrificas, pero que tal vez solo tus hijos o tus nietos disfrutarán.
No importa. El camino puede ser largo y lleno de peligros. La jornada puede ser cansadora y peligrosa, pero si tú cumples tu deber diario, depositando tu confianza en Dios, que es la fuente de la prosperidad, tu alma hallará reposo en medio de las agitaciones de la vida. Tú sabes qué estás haciendo aquí. Conoces tu misión, encontraste el camino y tu vida tiene sentido.
No limites tus expectativas a los valores materiales. Observa a las personas. Compara sentimientos. Busca las pequeñas alegrías de la vida y no olvides que si los ojos del cristiano están fijos en Dios: "En la prosperidad reposará su alma, y su descendencia heredará la tierra".
' Cf. 2 Crón. 26:5. 241
*Cf. Gen. 24:21.
Pr. Alejandro Bullón
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La primera vez que aparece en la Biblia es cuando el siervo de Abraham cumple la misión de buscar una esposa para Isaac y alcanza su objetivo. Él fue próspero, afirma el relato bíblico.*
En la Biblia, la palabra tsalej expresa la idea de un emprendimiento exitoso porque Dios está presente. Al narrar la historia del reinado victorioso y próspero del rey Uzías, el relato bíblico afirma: "En los días en que buscó al Señor, Dios lo hizo prosperar".**
En el salmo de hoy, Dios promete prosperidad y reposo a las personas cansadas, estresadas, afligidas, que corren de aquí para allá y no encuentran lo que buscan. Personas que trabajan de sol a sol, que puede ser que ganen bien, pero que lo que consiguen no les alcanza para nada y desaparece de las manos como la arena entre los dedos.
Prosperidad, en el sentido bíblico, no tiene que ver solamente con la acumulación de dinero, propiedades y bienes materiales. Tiene que ver con satisfacción, realización y paz. Tiene que ver con la alegría del deber cumplido, aunque el viaje no haya todavía llegado a su fin.
La segunda parte del texto dice: "Y su descendencia heredará la tierra". ¿De qué tierra está hablando el salmista? De un espacio mejor, por el cual tú luchas, te esfuerzas y te sacrificas, pero que tal vez solo tus hijos o tus nietos disfrutarán.
No importa. El camino puede ser largo y lleno de peligros. La jornada puede ser cansadora y peligrosa, pero si tú cumples tu deber diario, depositando tu confianza en Dios, que es la fuente de la prosperidad, tu alma hallará reposo en medio de las agitaciones de la vida. Tú sabes qué estás haciendo aquí. Conoces tu misión, encontraste el camino y tu vida tiene sentido.
No limites tus expectativas a los valores materiales. Observa a las personas. Compara sentimientos. Busca las pequeñas alegrías de la vida y no olvides que si los ojos del cristiano están fijos en Dios: "En la prosperidad reposará su alma, y su descendencia heredará la tierra".
' Cf. 2 Crón. 26:5. 241
*Cf. Gen. 24:21.
Pr. Alejandro Bullón
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