Redimidos por la sangre de Cristo (Reflexión en vídeo y audio)
Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación. 1 Pedro 1:18, 19.
“No sois vuestros... Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”. 1 Corintios 6:19, 20. ¿Le devolveréis a Dios lo que ha rescatado con el precio de su propia sangre? ¿Le daréis vuestras facultades de razonamiento; las apartaréis para su gloria? Son suyas; las ha comprado por precio. ¿Os colocaréis en la escuela de Cristo, a fin de que vuestra conciencia sea iluminada, para que sea una buena conciencia, un centinela fiel para guardar los más elevados intereses del alma? Cristo ha comprado los afectos, ¿los desperdiciaréis, los pervertiréis? ¿Los enfocaréis sobre asuntos indignos, los centralizaréis sobre seres humanos y haréis de la criatura, en vez del Creador, el dios de vuestro culto? ¿O vuestros afectos serán purificados, ennoblecidos, refinados e íntimamente ligados a vuestro Creador y Redentor?...
Dios no ocupará un corazón dividido ni reinará en un trono dividido... Llevad el yugo con Cristo y caminad diariamente con Dios. ¿Cómo lo haremos? Aferrándonos de la ayuda que ha provisto Dios. El Señor ha dicho: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá”. Mateo 7:7.—Manuscrito 60, 1894.
Dios nos ha comprado, y pide un trono en cada corazón. Nuestra mente y nuestro cuerpo deben estar subordinados a él, y los hábitos y apetitos naturales deben estar subordinados a las necesidades superiores del alma. Pero no debemos depender de nosotros mismos en esta obra. No es seguro que sigamos nuestra propia conducción. El Espíritu Santo debe renovarnos y santificarnos. En el servicio de Dios no debe haber una obra hecha a medias.—Comentario Bíblico Adventista 6:1088.
Por E.G.White "A Fin de Conocerle", página 61.
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