Seguir a la turba o ser valiente en la testificación

Respondiendo Pilato, les dijo otra vez: ¿Qué pues, queréis que haga del que llamáis Rey de los judíos?” Y ellos volvieron a dar voces: “¡Crucifícale!” Marcos 15:12, 13.

----------
GRATIS: Descarguen en este enlace el libro completo de Estudios Bíblicos 

---------

Perder la propia personalidad y quedar sometido por entero a la de una turba constituye un ejemplo de locura colectiva. Por fuerte que sea el carácter de la persona, es muy difícil resistir las inclinaciones de una multitud decidida a ir irracionalmente en una dirección. Al dirigirse a sus opositores, Jesús casi siempre hablaba en plural contra ellos, pero sus conclusiones eran una forma velada de un llamamiento individual.

Las presiones del entorno requieren del cristiano que tenga coraje para decir “no” al mal. Hay quien cree que es más fácil ser un buen cristiano cuando otros nos ven, pero cuando la multitud está en el mal es más difícil ir contra corriente. Solo la fuerza del Espíritu Santo en la vida del cristiano le da valor para decir “no” o “sí': dependiendo del caso.

Lo bueno de resistir las tendencias y direcciones de una turba es que es uno de los mejores momentos para testificar. El testimonio bajo presión es el más apreciado, porque da fortaleza para resistir en otra ocasión, y haber resistido una vez facilita repetirlo. La historia bíblica no indica que hubiera siquiera uno que dijera: “Un momento. Esto no está bien; estamos cometiendo una injusticia': Solo Pilato, influido por su esposa, pero su oposición a la turba fue débil. Al enfrentarnos con una presión mayoritaria, hemos de sentirnos sostenidos por el Espíritu de Dios. Recordemos las palabras del himno: “Tentado, no cedas; ceder es pecar; más fácil sería luchando triunfar... En Jesús, pues, confía'

“Tenéis un enemigo astuto tras vuestros pasos. “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono” (Apoc. 3:21). Esta es la lucha para vencer como Cristo ha vencido. Su vida de tentación, pruebas, luchas y conflictos está delante de nosotros para que la imitemos. Podemos hacer esfuerzos con nuestro propio poder, pero no tendremos éxito. Pero cuando caemos desvalidos, sufrientes y necesitados sobre la roca de Cristo, sintiendo íntimamente que nuestra victoria depende de sus méritos, que todos nuestros esfuerzos, sin la ayuda especial del gran Vencedor, no servirán de nada, entonces Cristo envía a cada ángel de gloria a rescatamos del poder del enemigo para que no caigamos” (AFC 306).

Génesis 34:1-36:43; Marcos 15:1-47

Pr. Ismael Leito

Comentarios

Entradas populares