Nunca es tarde si la dicha es buena


No me deseches en el tiempo de la vejez; cuando mi fuerza se acabe, no me desampares. Salmos 71:9.

En enero de 1985 regresé al Perú para visitar a mis padres y hermanos. Fue muy doloroso ver a mi anciano y cansado papá, apagándose lentamente. Había rechazado a Jesús durante 34 largos años. Siempre había huido e inventado disculpas, aunque sentía que el Espíritu Santo lo estaba llamando.

De repente, un cáncer asesino comenzó a devorar su vida, y entonces, entre lágrimas y dolores, reconoció que no estaba luchando contra la esposa, ni contra los hijos, ni contra la iglesia, sino contra Jesús. Y en el silencio de la noche, solito, entre lágrimas cayó de rodillas y aceptó al Señor Jesús.

En la Nochebuena de ese año, mi padre dijo: "Hijo, tengo un regalo para ti. Tú no lo sabes, pero hace más de un año que entregué mi vida a Jesús, y estuve esperando que llegaras para bautizarme".

Al sábado siguiente entré en la pila bautismal y bauticé a mi propio padre. Y en ese momento, dentro del agua, dijo: "Me siento feliz porque sé que Dios me aceptó, pero triste porque ya estoy viejo y entregué mi vida a Dios cuando ya no tengo fuerzas para hacer nada por él".

"No me deseches en el tiempo de la vejez", clamó David. Dios nunca rechaza. Está siempre con los brazos abiertos esperando el momento de la decisión, suplicando y llamando.

Mi padre: cerró los ojos dos meses después, pero lo hizo con la bendita esperanza de la resurrección. Su cuerpo descendió al sepulcro consumido por el cáncer, pero en mi corazón brilla la esperanza de verlo resucitado y transformado para alabar el nombre de Jesús al lado de la Familia cristiana, por toda la eternidad.

Dios te ama y está tocando a la puerta de tu corazón. Si eres joven, puedes decir: "Heme aquí". Mas si el tiempo pasó y eres ya un anciano, él te ama igualmente.

Nunca es tarde para decir sí a Jesús. Hoy ábrele el corazón y dile: "Señor, te acepto. Resistí mucho tiempo, traté de huir. corrí, pero no doy más; estoy aquí, acéptame".

Pr. Alejandro Bullón.

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