Verifica los hechos antes de presentarlos

"¿Por qué han de hablar los egipcios, diciendo: mal los sacó, para matarlos en los montes, y para raerlos de sobre la faz de la tierra? Vuélvete del ardor de tu ira, y arrepiéntete de este mal contra tu" Éxodo 32:12

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Extraña conversación aquella en la que parecía que Dios le estaba pidiendo permiso a Moisés para actuar contra el pueblo. Moisés, que conocía la psicología y la idiosincrasia de los egipcios, sabía que eran un pueblo dado a llegar a conclusiones sin tener toda la información pertinente. Era su costumbre pensar en el mal y adscribir maldad sin antes averiguar y entender la situación.

La psicología egipcia como la estaba describiendo Moisés, lamentablemente, es hoy la costumbre de muchos del pueblo de Dios. La verdad no es importante, la bondad es un accidente, la inocencia es una casualidad, porque lo primero que les llega a la mente es el mal. No solo está el defecto de juzgar que toda acción de su prójimo busca el mal, sino que tales personas hablan como si tuvieran todo el conocimiento del mundo, y hablan con tal confianza que cualquiera puede caer en el error de confiar en sus palabras.

La conversación de Dios y Moisés revela dos aspectos muy importantes para el cristiano. Moisés en su intervención era el tipo perfecto de Cristo, interponiéndose como mediador para la salvación del pueblo. Moisés también era el ejemplo perfecto de cómo debe portarse el cristiano ante situaciones de calumnia y acusaciones en contra de otras personas, o de interpretaciones equivocadas: Sin aceptar la forma de pensar de los egipcios, suplicó por el pueblo, y le pidió a Dios que no permitiese que los egipcios se sintieran justificados en su mal proceder.

La revelación de la verdad siempre es mucho más agradable que el avance de la mentira y la calumnia. Si Dios hubiera destruido al pueblo, los egipcios habrían sentido más fuerza en su mala forma de actuar y juzgar. Pero como el Señor no destruyó al pueblo, la forma de pensar de los egipcios quedó desenmascarada. En nuestro andar en el mundo, debemos imitar a Moisés, siempre intercediendo a favor del pecador, sin darle nunca la razón al mal. Cuando llegamos al conocimiento de una situación donde se está juzgando, calumniando y difamando, no participemos, ni demos lugar a que se propague ese mal.

Pr. Israel Leito

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