Sed templados y velad (video-Reflexión)



Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración. 1 Pedro 4:7.
La admonición para el Israel de hoy es: “El fin de todas las cosas se acerca: sed pues templados, y velad en oración”. “Exhorta asimismo a los mancebos a que sean comedidos; mostrándote en todo por ejemplo de buenas obras; en doctrina haciendo ver integridad, gravedad, palabra sana e irreprensible; que el adversario se avergüence, no teniendo mal ninguno que decir de vosotros. Exhorta a los siervos a que sean sujetos a sus señores, que agraden en todo, no respondones; no defraudando, antes mostrando toda buena lealtad, para que adornen en todo la doctrina de nuestro Salvador Dios”. Resistid al enemigo; no seáis inducidos por sus móviles y representaciones halagüeñas. Todo instrumento humano debe ser fuerte, no con su fortaleza limitada, sino con la fortaleza del Señor, con la fortaleza de su poder...
Cristo ha dicho: “Sin mí, nada podéis hacer”. Las resoluciones que toméis apoyándoos en vuestras limitadas fuerzas, serán como cuerdas de arena; pero si oráis con sinceridad, entregando vuestra alma, cuerpo y espíritu a Dios, vistiéndoos de toda la armadura de Dios, y abrís vuestra alma a la justicia de Cristo, y a ella solamente—la justicia imputada de Cristo—, estaréis capacitados para resistir los engaños del diablo. La tarea de cada alma consiste en resistir al enemigo con el poder y la fortaleza del Señor Jesucristo, y la promesa es que el malo huirá de nosotros. Que todos comprendan que están en peligro, y que no hay seguridad de salvación excepto en el cumplimiento de las condiciones dadas por el versículo.—The Youth’s Instructor, 8 de febrero de 1894.
Este texto viene del libro Hijos e Hijas de Dios, escrito por Elena G. de White. Para obtener más de sus libros, visite EGWWritings.org.

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