DIEZ MENOS UNO = CERO


Tú encargaste que sean muy guardados tus mandamientos. Sal 119:4.

Hagamos de cuenta que te doy la receta de una torta de chocolate. La escribo completa en un papel: Ingredientes, cantidades y tiempo en el horno. La receta dice que hay que hornearla durante 30 minutos, a 300 grados. Tú sigues los pasos y las prescripciones. Solo cambias un detalle, en vez de dejarla en el horno durante 30 minutos, decides dejarla 5 horas. Tú obtendrías un pedazo de carbón.

Imagina otro cuadro. Tú tienes neumonía y vas al médico. Él te receta un tratamiento. Tú sigues todo al pie de la letra, solo que en lugar de tomar una dosis de antibiótico cada ocho horas, decides tomar todas las pastillas de una sola vez. Tú estarías muerto.

Hay gente que piensa que las recomendaciones divinas no funcionan. Pero si observas, descubrirás que no funcionan porque esas personas no siguen las prescripciones divinas "al pie de la letra", como aconseja el salmista en el versículo de hoy.

Los eruditos no saben definir quién fue el autor del Salmo 119, pero quien quiera que haya sido, lo escribió por inspiración divina. Con claridad y contundencia.

Las enseñanzas divinas no fueron dadas al ser humano para que las discutiera o adaptara, sino para que las cumpla "a rajatabla". Cualquier otra actitud del hombre es temeraria, peligrosa y fatal.

Escribo esta meditación en el avión que me conduce de San Pablo a Buenos Aires. Son exactamente las 11:05 de la noche. Estamos ya casi finalizando el vuelo de tres horas, y me pregunto: ¿Qué sería de los pasajeros si el piloto decidiera no seguir un pequeño "detalle", tal como no bajar el tren de aterrizaje?

Vale la pena repasar nuestros "procedimientos" de vuelo todos los días. ¿Estoy siguiendo "al pie de la letra" las recomendaciones divinas? Observar todo y dejar de lado apenas un asunto, por insignificante que parezca, puede ser fatal.

¿Qué es lo que no está funcionando en tu vida? ¿El matrimonio? ¿Los negocios? ¿La relación con los hijos? Busca los consejos divinos y pide fuerzas a Dios para seguir esos consejos "a rajatabla", y verás que muchas cosas van a cambiar en tu vida. Clama al Señor y dile: "Tú encargaste que sean muy guardados tus mandamientos".

Pr. Alejandro Bullón

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