¡EDIFICA TU VIDA!
La mujer sabia edifica su casa; mas la necia con sus manos la derriba. Prov. 14:1.
La Navidad es un tiempo de luces, alegría y color. He visto arreglos navideños deslumbrantes. Nueva York es una de las ciudades que cambia el rostro en la época de Navidad. Da la impresión de ser una ciudad invadida por luces mágicas. En Riverside, California, el hogar de Jorge y Lina, también es un espectáculo deslumbrante cada mes de diciembre. Lina tiene un don especial y un gusto excelente. Adorna el interior de su casa de modo que los sueños de cualquier niño se hagan realidad. Lina es una mujer que "edifica su casa".
Las dos palabras clave del texto de hoy son: "edificar" y "derribar". Es fácil derribar. Basta tomar una maza y golpear. Difícil es edificar: requiere paciencia, tiempo y perseverancia. Jorge y Lina cuentan que decorar la casa les lleva un mes de trabajo. Jorge se encarga de colocar las luces exteriores y Lina cuida del interior. Desmontar luego todo les lleva apenas tres o cuatro días.
La vida es el desafío de levantar una bella construcción. Nada sucede por casualidad. Es necesario prestar atención a los mínimos detalles. Muchas personas esconden su vida, sin alegría ni color, detrás de la palabra "destino", pero el destino no es un asunto de simple oportunidad o suerte, sino de elección. Una casa lista no es algo que se consigue apenas esperando, es preciso trabajar.
Es interesante que el autor del proverbio de hoy destaca la expresión "Con sus manos". Nadie tiene la culpa de la derrota, a no ser el propio derrotado. La responsabilidad es personal. Dios te da los recursos, pero tú eres quien edifica o derriba.
En el largo camino de la edificación de una casa, puede haber momentos de desánimo y cansancio. Puede haber pequeñas frustraciones; muchas veces tú puedes tener la impresión de que la meta está todavía muy distante, pero ninguna derrota llega solo porque algo no funcionó, sino porque tú desistes y abandonas.
Hoy es un nuevo día en la historia de este mundo, y puede ser también un nuevo día en tu experiencia personal. No desistas. La edificación de la vida no es un evento, sino un proceso. Poco a poco, paso a paso, con los ojos fijos en Dios y las manos en el trabajo, tú verás finalmente tus obras terminadas, deslumbrantes y bonitas. No olvides: "La mujer sabia edifica la casa; mas la necia con sus manos la derriba".
Pr. Alejandro Bullón
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