Existe un lugar mejor para ti


Levantaos y andad, porque este no es lugar de reposo, pues está contaminado, corrompido grandemente. Miqueas 2:10.

El profeta Miqueas vivió durante un período crítico del pueblo de Dios, cuando Asiria era el poder mundial dominante. Acaz, rey de Judá, se había entregado a todo tipo de idolatría y había hecho, incluso, "pasar a sus hijos por el fuego, conforme a las abominaciones de las naciones que Jehová había arrojado de la presencia de los hijos de Israel" (2 Crónicas 28:3).

Dios levantó a Miqueas, en medio de toda esa idolatría y decadencia espiritual, para advertir a su pueblo de su iniquidad y para anunciar la liberación de Israel y la gloria y el gozo del reino mesiánico. Por esto, a lo largo del libro de Miqueas encontramos advertencias y promesas, castigo y misericordia.

En el versículo de hoy, Dios nos presenta una promesa maravillosa: "Levantaos y andad, porque este no es lugar de reposo".

Nosotros no fuimos creados para vivir en este mundo de sufrimiento, lágrimas y muerte. Este mundo está "contaminado, corrompido grandemente". No es este nuestro hogar, somos peregrinos que estamos en rumbo hacia una tierra mejor.

Hace 155 años un grupo de personas sinceras esperaba el regreso de Cristo y tenía la certeza de que había llegado el momento de entrar en el hogar. El 22 de octubre de 1844 quedará registrado en la historia como un día de chasco. Pero, en realidad, lo que encontramos en ese año es mucho más que un grupo de cristianos tristes porque Jesús no regresó.

El aparente incumplimiento de la promesa los llevó a estudiar con más cuidado las Santas Escrituras, y fue a través de las lágrimas y del estudio como redescubrieron el verdadero significado de Daniel 8:14.

En 1844 sucedería algo extraordinario en los cielos. Jesús, nuestro Sumo Sacerdote en el Santuario Celestial, pasaría del Lugar Santo al Lugar Santísimo y, según las Escrituras, comenzaría el juicio investigador (Apocalipsis 14:6-12).

Ese mismo año el mensaje de este juicio comenzaría a ser predicado con fuerza. Era el cumplimiento profético: la aparición de un movimiento que daría un nuevo énfasis al evangelio eterno al predicar la justicia de Cristo, la eternidad de la ley de Dios, la hora del juicio y el inminente regreso de Cristo a la Tierra. Así nació la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

Su misión es anunciar el mensaje de Apocalipsis 14:6-12. El nacimiento de esta iglesia estaba anunciado proféticamente. Esta iglesia surgió para decir: "Levántate y anda, porque no es este el lugar de reposo; existe un lugar mejor para ti".

Pr. Alejandro Bullón

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