¿Dios no te oye?
Pero el Señor le dijo a Moisés: «¿Por qué clamas a mí? ¡Ordena a los israelitas que se pongan en marcha! Éxodo 14:15 NVI
Cuando Dios espera
Hay muchos "por qué" que elevamos a Dios. Cada día muchas personas claman y miran al cielo llenos de frustración, "Señor, ¿por qué no haces nada al respecto? ¿Por qué me está pasando esto a mí?" Saturamos el aire con los "por qué" de la vida.
Estoy convencido de que Dios tiene una respuesta para casi cada una de ellas. Dice: Sólo te estoy esperando.
Estoy convencido de que Dios tiene una respuesta para casi cada una de ellas. Dice: Sólo te estoy esperando.
Cuando Moisés y los israelitas permanecían en pie a orillas del Mar Rojo observando al ejército egipcio cómo se acercaba a ellos, clamaron a Dios llenos de miedo. Comenzaron a orar pidiendo a Dios que los rescatara de alguna manera. Y veamos lo que Dios dijo: "¡Dile al pueblo que empiece a moverse!" (Éxodo 14:15). Parafraseándolo: "Pero si os estoy esperando."
Demasiado a menudo pasamos los días esperando un "milagro". Cuando llegan los problemas, clamamos a Dios pidiendo ayuda. Cuando las cosas no suceden lo rápidamente que uno quisiera, culpamos a Dios por tardar tanto. Y todo mientras Dios nos está diciendo, "No me he ido a ninguna parte. Estoy esperándote".
¿Y qué es lo que Dios está esperando de nosotros? Con frecuencia, espera que dejemos a un lado nuestra propia "agenda" y pongamos toda nuestra confianza en Él… Cuando Dios espera, lo hace con un propósito.
Y cuando recobramos el sentido y hacemos aquello que sabemos que Dios quiere que hagamos, él entra en acción con ganas. El Mar Rojo se parte en dos, y las cosas comienzan a suceder.
From a devotional thought by Frank M. Martin in Embracing Eternity (Tyndale House) p 289)
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