BANQUETE CONTINUO
Todos los días del afligido son difíciles; mas el de corazón contento tiene un banquete continuo. Prov. 15:15.
Aprendí viviendo, sufriendo y equivocándome. Aprendí observando y escuchando. Aprendí de las lágrimas y de las sonrisas. Aprendí que la vida puede ser alegría o tristeza, derrota o victoria, vida o muerte. Depende de la manera como tú reaccionas ante las circunstancias.
Si tu corazón se sumerge en el pesimismo, no esperes nada mejor de la vida. Si te la pasas diciendo que las cosas van a ir mal, lo único seguro es que tu vida será el cumplimiento de tu "profecía". Las cosas, con seguridad, van a ir mal.
Si, por el contrario, tu corazón se llena de optimismo, fruto de la comunión con Jesús, tu vida será un "banquete continuo", afirma Salomón.
Levanta los ojos y mira a lo lejos, bien lejos. Aprende a vivir por la fe. ¡La fe es permitir que tu corazón vuele más allá de lo que tus ojos ven!
Era una noche negra cuando Pablo y Silas fueron encarcelados por causa de su cristianismo. Estaban presos en Filipos. Las espaldas desnudas de ambos sangraban por causa de los latigazos que habían recibido al defender sus convicciones. Como cualquier ser humano normal, tenían todos los motivos del mundo para lamentarse y sentirse derrotados, pero no se dejaron hundir en la mediocridad de los lamentos y las quejas. ¿Qué hicieron? Cantaron en medio de la oscuridad, y la actitud victoriosa de su corazón les proveyó un banquete: Los muros de la cárcel cayeron, las cadenas se rompieron y ambos se vieron libres.
En realidad, nunca estuvieron presos. Los hombres y las circunstancias pueden prender tu cuerpo. Pero no tu alma. Mientras tus ojos estén fijos en Jesús, tú podrás cantar en medio de la oscuridad y el dolor. Tu espíritu estará siempre libre.
Haz de este día un día especial de loor. Alaba por la vida. Reconoce la grandeza de Dios, ten un corazón alegre y agradecido, y haz todo lo que venga a tu mano para hacer, de un modo diferente. El secreto del éxito es hacer las cosas simples de la vida con alegría y de manera extraordinaria.
Antes de salir de casa, recuerda una vez más que "Todos los días del afligido son difíciles; mas el de corazón contento tiene un banquete continuo". ¡Buen apetito!
Pr. Alejandro Bullón
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