TU ERES IMPORTANTE PARA DIOS



¿Por qué desprecia el malo a Dios? En su corazón ha dicho: Tú no lo inquirirás. Sal. 10:13.

Un amigo biólogo, profesor universitario graduado en la Universidad de Harvard, me dijo: "Cuanto más observo y estudio la naturaleza, considero que no existe razón para dudar de la existencia de Dios". ¿Por qué motivo, entonces, hay personas que no creen en Dios?


La historia ha mostrado que la única razón para rechazar la existencia divina es la rebeldía natural del ser humano. La naturaleza pecaminosa no acepta voluntariamente ningún tipo de autoridad. ¿Por qué habría de someterse a un Dios que no puede ver ni tocar?

El versículo de hoy habla del malo. El impío cree que a Dios no le importan las cosas que suceden en este mundo. Piensa que nunca tendrá que rendir cuentas de la vida que recibió y desperdició, que Dios nunca lo inquirirá, ni le preguntará. La palabra hebrea para impío es beliyaalope, literalmente significa malo, perverso, pero que también significa muerte. ¡Esto es espantoso! Ser malo, escoger el camino de la perversidad, ya implica escoger el camino de la muerte.

Casi al fin del siglo XIX nació en Europa un hombre llamado Federico Nietzsche, hijo y descendiente de ministros evangélicos. Su padre murió cuando él era todavía joven. A los doce años se rebeló abiertamente contra la fe de la familia. Con blasfemia redefinió a la Trinidad como "Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el diablo". Su filosofía de vida fue terrible, tanto para él como para la sociedad. Uno de sus libros "El poder de la voluntad", influyó mucho en la manera de pensar de Hitler.

Enseñó que el cristianismo es uno de los peores flagelos del mundo, y proclamó a todo pulmón: "¡Dios ha muerto! ¡Dios ha muerto! ¡Dios ha muerto!" Evidentemente, fue un hombre impío, un beliyáal, y su propia rebeldía determinó su muerte. Murió loco, y en su sepultura alguien escribió lo siguiente: "¡Dios está muerto!" (Firmado) Nietzsche. "¡Nietzsche está muerto!" (Firmado) Dios.

Dios siempre tiene la última palabra. Él existe. Es eterno y está por encima de la incredulidad humana. Ese Dios maravilloso está hoy deseoso de participar en su vida. Se interesa por ti, por tus hijos, por tu matrimonio, por tu vida profesional y financiera. Está ahí, cerca tuyo, listo para escucharte y socorrerte. "¿Por qué desprecia el malo a Dios? En su corazón ha dicho: Tú no lo inquirirás."

Pr. Alejandro Bullón

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