LOS ATRIBUTOS DE DIOS


¿A dónde me iré de tu Espíritu?¿ Ya dónde huiré de tu presencia? Sal 139:7.

John Arrowsmith, predicador del siglo XVII, cuenta en una de sus exposiciones que un filósofo ateo le preguntó: "¿Dónde está Dios?" A lo que él respondió: "Primero, respóndame: ¿dónde no está?"

El salmo del cual extraje el versículo de hoy tiene como tema central la relación entre Dios y la criatura, y destaca tres atributos divinos: Omnisciencia, omnipresencia y omnipotencia. Es fundamental para los seres humanos reconocer estos atributos para disfrutar de una vida saludable. Si yo tengo la certeza de que Dios lo sabe todo, no hay porqué esconder secretos que muchas veces sofocan y envenenan mi corazón. No existen psicoanalistas. ¿Por qué no buscar al mayor psicoanalista, a Jesús, que además de oímos tiene la capacidad de perdonamos y entregamos una hoja en blanco para escribir una nueva historia?

Si yo sé que Dios es todopoderoso, su omnipotencia quitará el miedo de mi corazón. Por más difíciles que sean las circunstancias, por más imposibles que parezcan las soluciones, para el drama que vivo, sé que Dios se levantará en mi favor y me sacará del mar de problemas en que estoy sumergido.

Finalmente, si tengo conciencia de su omnipresencia, me preguntaré como el salmista: "¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?" Esto me librará de caer en el terreno espinoso de una vida incoherente. El resultado será la paz y el equilibrio psicológico.

No hay nada más destructivo que la penumbra que envuelve la vida de quien pretende esconderse de Dios. No son tinieblas, porque en las tinieblas moran aquellos que extirparon a Dios de sus vidas. Esos no ven más nada y, en consecuencia, viven como si estuvieran anestesiados.

La penumbra es terrible, porque tú vives en el límite entre el día y la noche. Ojalá tus ojos no vieran nada, pero ven. Siluetas, sombras, figuras sin forma que te asustan y paralizan tu vida. La penumbra es capaz de enloquecer a una persona. Busca la luz.

Hoy es un nuevo día para ti y para mí. Permitamos juntos que el Sol de Justicia entre definitivamente por las ventanas de nuestra vida, trayendo la oportunidad de recomenzar todo de nuevo, porque "¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Ya dónde huiré de tu presencia? ".

Pr. Alejandro Bullón

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