¿QUÉ HACER?


El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; los juicios de Jehová son verdad, todos justos. Sal. 19:9.

La señorita que cortaba mi cabello pareció reconocerme y, tímidamente, preguntó: "¿No tiene usted un programa de televisión?" Cuando le confirmé su intuición, me contó que un domingo me oyó hablar sobre los justos juicios de Dios. Al día siguiente, tenía una audiencia judicial por la renuencia de su hija. Todo hacía creer que perdería. No tenía empleo, vivía en circunstancias precarias y comprometedoras, mientras que el marido, con mucho dinero, era amigo de personas de gran influencia. Pero ella oró. Le pidió al Señor que cambiase su vida, creyó en el mensaje, aceptó para sí que "los juicios de Jehová son verdad, todos justos", y el veredicto del juez fue a su favor.

El texto de hoy, antes de hablar de los justos juicios de Dios, habla del remar de Jehová. El temor nunca es saludable. El temor es enfermizo. Hay personas que darían todo lo que tienen para librarse del temor. Hay temores sin causa. Hay miedos ocultos. Miedo de la oscuridad, del agua, del futuro, del pasado, de la muerte, de la vida, en fin, temores que perturban.

Pero David habla de un temor diferente. Dice que el "temor de Jehová es limpio". No es sucio, ni enfermizo, ni destructivo. En la Biblia, la expresión "temor de Jehová", significa respeto, aceptación humilde de que somos criaturas y tenemos un Creador. Ese tipo de temor, hace que la criatura vuelva sus ojos a los consejos divinos.

Cuando tú vives ese tipo de experiencia, no temes lo que los hombres sean capaces de hacerte. Puedes ser llevado ante los tribunales de la tierra, o ser víctima de las mayores injusticias, pero el Señor es tu verdadero Juez y sus determinaciones son verdaderas y justas.

El problema del ser humano es que, con frecuencia, busca a Dios solo cuando lo necesita y, en los tiempos que aparentemente las cosas andan bien, se olvida de buscar el consejo divino.

Si tú confías en el Señor, nunca estás solo. La furia de los hombres puede cercarte pero no puede destruirte. Escóndete en los brazos del Señor y cree su promesa, porque: "El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; los juicios de Jehová son verdad, todos justos"

Pr. Alejandro Bullón

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